Por fin sopla viento sur. Hace calor y nos ponemos pantalón corto sin que la piel se nos ponga de gallina... La primavera alavesa no es fácil! Hasta ayer con anorak y chimenea por las noches. Bueno, parece que ya está!
Estos días tenemos que acabar de plantar la huerta. Estamos con las cebollas. Muuuuchas cebollas, para todo el año. Valencianas y rojas. La espalda se queja, pero es un placer ver cómo todo va cogiendo forma. Por suerte tenemos la ayuda de Jesús y Tere, los abuelitos de Apodaka. ¡Qué haríamos sin ellos! Y sin las cerezas que nos traen!!
Ahora solo nos falta esperar que salgan unas cebollas tan grandes como las del año pasado y que algún cestalari más se anime a comer sano, local y de temporada.
![]() |
No hay comentarios:
Publicar un comentario